Zaragoza, diciembre de 1930

diciembre 19, 2020

Vida Nueva


Hace unos días se cumplía el 90 aniversario de la sublevación de Jaca, liderada por Galán y Hernández. Además de los conocidos y divulgados acontecimientos que ocurrieron en la Jacetania, existe una historia algo menos conocida y divulgada que tiene una estrecha relación con aquellos sucesos. Me refiero a la huelga general que se convocó el 13 de diciembre de 1930 en la provincia de Zaragoza y que tuvo un gran impacto en la capital aragonesa y, en especial, en la zona de las Cinco Villas. 

Esta breve publicación no pretende analizar esos sucesos, en un futuro ahondará en su conocimiento y, sobre todo, en las personas que fueron víctimas de la persecución y represión que comenzó a imponerse en la madrugada del 12 al 13 de diciembre de 1930. En esta ocasión, he preferido acercarme a esos sucesos a través de un testimonio. Para acercarnos a estos acontecimientos, comparto una entrevista realizada al diputado José Algora que acabó publicándose en el semanario Vida nueva (nº 78, p. 2). En el momento de su relato había transcurrido un año del pronunciamiento militar de Jaca. Entiéndase, por tanto, este documento como una interpretación de uno de los protagonistas de la historia, que debe ser contrarrestado y completado con otras fuentes. No obstante, este es un texto que he utilizado en algunas ocasiones en mis clases para ampliar la visión de lo que significó el movimiento militar de diciembre de 1930 y para debatir sobre su repercusión (desde las ejecuciones iniciales, hasta las detenciones de destacados dirigentes del PSOE y UGT, el cierre de sedes, el encierro de más de cien personas implicadas en la declaración de la Huelga General y que pasaron por la cárcel de Torrero hasta el impacto de este suceso en la proclamación de la II República). 

 

[...] En Zaragoza, el partido socialista y la Unión General de Trabajadores fueron los que con más intensidad actuaron y, por ello, fueron ferozmente castigados.
Nos aproximamos y el señor Algora nos hace el siguiente relato de la intervención socialista, ahora hizo el año, en los sucesos de la provincia de Zaragoza.
— En noviembre llegó a Zaragoza nuestro camarada Enrique de Santiago, para poner al corriente a la agrupación de que se preparaba la revolución para muy pronto. El 2 de diciembre, el presidente de la Agrupación Socialista y de la U. G. T. de Zaragoza, Bernardo Aladrén, vino a Madrid, llamado por Largo Caballero. En la entrevista se acordó la consigna para declarar en Zaragoza la huelga general. Consistía en una carta diciendo únicamente ”que el Comité Ejecutivo se reuniría tal día”, el cual sería el señalado para el movimiento.
En efecto, el día 10 el Comité de la Agrupación recibió una carta de Largo Caballero en la que decía que el día 15 se celebraría reunión del Comité Ejecutivo. Inmediatamente se convocó a todas las representaciones de la U. G. T. de Zaragoza y a los camaradas de más confianza de cada pueblo donde teníamos organización. A los de la capital se les indicó la fecha para declarar la huelga general revolucionaria y a los de los pueblos se les anunció que por medio de una contraseña consistente en una hoja de calendario se les daría la fecha.
—¿Con qué finalidad hacían ustedes intervenir a los pueblos?
—Más que nada para retener la guardia civil en aquéllos y poder obrar nosotros con mayor libertad en la capital.
—¿Buscaron la colaboración sindicalista?
—Sí; hubo varias reuniones con los sindicalistas de Zaragoza, quienes cumplieron admirablemente sus compromisos de paro, haciendo que entre ellos y los socialistas fuese en Zaragoza completo el 13, 14, 15 y 16 de diciembre.
—¿Tuvieron alguna relación con el capitán Galán?
—Recuerdo que Galán pasó en Zaragoza los días 10 y 11 de aquel mes y no hubo forma de convencerle de que aplazase el levantamiento hasta el día 15, Como su decisión no admitía duda le aconsejamos que de fracasar el movimiento viniese con las tropas de Jaca por la región de Cinco Villas, en donde tenemos potentes organizaciones, las cuales se sumarían a las tropas y podrían fácilmente y en poco tiempo llegar a Zaragoza que estaría en plena huelga revolucionaria.
¿Pudieron ustedes avisar a los pueblos?
Al conocer el día 12 el levantamiento de Galán hubo necesidad de adelantar el movimento en la capital y en los pueblos. A éstos, aquella tarde les fué remitida la contraseña, acordada para que declararan la huelga al día siguiente.
—-¿Cómo se produjo la huelga?
— El día 12 por la noche se reunió el Comité de la Agrupación y puestos de acuerdo con los sindicalistas la huelga fue absoluta el día 13. Aquella noche quise comunicar con mis compañeros para que durmiesen en mí clínica, que está a dos metros del Centro Obrero, pero las reuniones habían terminado y nadie había en el Centro Socialista. Pocas horas después eran detenidos el Comité Socialista, los presidentes de las Secciones de la Unión General de Trabajadores de Zaragoza y los dirigentes sindicalistas. En nuestros pueblos fué una cosa admirable. Al recibir la contraseña, una hoja de calendario con un número, el 13, el paro de los campesinos fué general, con asombro de todos los vecinos. La represión fué brutal; los días siguientes llevaron maniatados a Zaragoza más de cien socialistas de los pueblos y se llenó la cárcel de campesinos de Ejea, Gallur, Uncastillo, Malpica, Orés, Mallén, Farasdués, Tauste, Rivas, Daroca, Belchite, etcétera. 
Todos los detenidos de los pueblos eran socialistas, excepción de uno o dos republicanos, pues aunque algunos se comportaron admirablemente, los republicanos se salvaron de la "redada". Se cometieron iniquidades como la de traer de los pueblos a socialistas ancianos de ambos sexos y hasta mujeres con niños de pecho.
El trato que se dio en la cárcel a todos los presos fue inhumano. No se decía a los familiares si estaban o no presos a sus hijos o padres, para hacer creer que habían sido fusilados. No se les permitía entrar ni alimentos ni ropa de abrigo. A casi ninguno detenido se le tomó declaración en el tiempo que pasó en la cárcel.
La consecuencia de aquel movimiento, aparte del triunfo de la República, fue que hoy que ha pasado un año de los sucesos, en los pueblos de la provincia de Zaragoza, hemos cuadruplicado nuestras organizaciones, contando en la actualidad con más de 20.000 campesinos afiliados a la U.G.T.
[...]”

Fuente: "Una interviú que no llegó a publicarse", en Vida Nueva, 2 de enero de 1932, p. 2

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