La cárcel de Torrero: Lugar de Memoria.

abril 09, 2021

La cárcel de Torrero (©Iván Heredia Urzáiz).
La cárcel de Torrero (©Iván Heredia Urzáiz).

Esta semana ha salido la propuesta que algunas asociaciones, incluida AV Venecia, El Cantero y ARMHA para declarar al Barrio de Torrero como Lugar de Memoria. La propuesta, de la que tengo noticias desde hace unos meses, era bastante completa e incluía diferentes hechos que justificasen que esta solicitud. Sin duda, este barrio tiene una larga historia repleta de sucesos de gran transcendencia histórica y social. La propuesta, que tiene todo mi apoyo y de la que habría que resaltar el trabajo y esfuerzo realizado por las asociaciones, incluye que se reconozca como Lugares de Memoria los restos de la tapia del Cementerio de Torrero donde durante la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura franquista se ejecutaron a cientos de personas, muchos de ellos y ellas habían estado encarcelados antes de ser ejecutados. Asimismo, en este listado de lugares se incluye a la Prisión Provincial de Zaragoza, popularmente conocida como cárcel de Torrero.

Recuerdo haber defendido la idea de considerar la Carcel de Torrero como Lugar de Memoria en muchas ocasiones. No siempre fue bien recibida, y entiendo el contexto y las justificaciones, pero al ver esta noticia, la idea de que salga adelante me confirma que se ha avanzado mucho en este aspecto. Por otro lado, me ha venido a la mente una parte de un breve texto que escribí para prepararme una ponencia y que nunca he publicado. En él defendía la necesidad de garantizar la conservación de Lugares de Memoria, como el edificio administrativo que queda en pie de la antigua cárcel de Torrero, justificando su importancia histórica.

Dicho esto, confío en que la propuesta salga adelante y sea un espaldarazo para reivindicar la historia del barrio de Torrero, se puedan crear rutas de memoria para dar a conocer su historia y poner en valor las historias de lucha y resistencia de los que poblaron habitual o temporalmente sus calles y edificios.


El 18 de julio de 2005 comenzó la demolición de la Prisión Provincial de Zaragoza, popularmente conocida como cárcel de Torrero. Días antes, los vecinos de la ciudad pudieron pasear por las galerías y celdas que años atrás ocuparon presos políticos y comunes.
La cárcel de Torrero tiene una larga historia. Inaugurada en 1928, este espacio fue testigo de cambios tan importantes en la historia contemporánea de España como la proclamación de la II República, la Guerra Civil, los duros años del franquismo, así como de los conflictos sociales y políticos del periodo de la transición democrática.En sus mas de 70 años de Historia, por la prisión pasaron presos comunes, miles de presos políticos y, por qué no, debemos incluir a los reclusos encarcelados de acuerda a la Ley de Vagos y Malentes. 
En 1931 acogió a decenas de hombres detenidos por toda la provincia por intentar sumarse a la insurrección que Galán y Hernández lideraron desde Jaca. Tras la proclamación de la República (14 de abril de 1931), algunos de esos detenidos fueron liberados tras la concesión de una amplia amnistía que otorgó el primer gobierno republicano y que no sólo benefició a los políticos, también a muchos comunes. 
Durante el primer bienio (1931-1933), la prisión fue un instrumento de control y coerción más al servicio del Estado. Durante ese período, en Zaragoza, cientos de hombres y varias decenas de mujeres pasaron por la prisión. La mayoría eran personas cercanos al anarcosindicalismo, algunos militantes y otros simpatizantes, que habían sido detenidos por proferir insultos a la autoridad, por reunión clandestina, por propaganda clandestina o por participar activamente en huelgas y manifestaciones. Especialmente virulenta fue la represión de la “huelga revolucionaria” de diciembre de 1933, con epicentro en Zaragoza y que no sólo produjo decenas de detenidos durante los 7 días en que se produjeron altercados, sino que la represión y las detenciones se prolongaron durante varias semanas, dando lugar a un gran problema de hacinamiento en la prisión.
El otro momento de gran protagonismo de la cárcel de Torrero fue en octubre de 1934, cuando tras el fracaso de la “huelga revolucionaria”, esta vez de tendencia socialista, cientos de personas, hombres y mujeres fueron detenidos. En noviembre de ese año, casi 400 personas se hacinaban en una cárcel construida para no más de 160 personas .
No osbtante, el período en que que la prisión adquiere un mayor protagonismo es tras el 18 de julio de 1936. Torrero se va a convertir en una prisión en manos de los sublevados y desde el principio del conflicto esta institución va a ser considerada como un brazo coercitivo más que va a servir para:
  • Encerrar a todos los sospechosos de desafección, evitando así que se pudiera formar un grupo de resistencia en la ciudad.
  • Castigar y controlar a través del encierro a los disidentes.
  • Centro de reideologización y de reeducación, que pretendía someter o dominar el cuerpo y la mente del opositor.
Por las celdas de la cárcel pasaron destacados dirigentes sindicalistas y políticos, miles de simpatizantes y militantes de partidos políticos y sindicatos de izquierda (hombres y hasta abril de 1939 también mujeres), cientos de maquis, que fueron detenidos en el monte durante los años 40, homosexuales, que eran encerrados a través de la Ley de Vagos y Maleantes, y cientos de personas que durante los años 50, 60 y 70 luchaban por sus derechos laborales, exigían cambios en la política o aquellos que lucharon por la libertad, por la democracia.
Llegada la transición y la democracia, la cárcel siguió teniendo un gran protagonismo. En ella fueron encerrados varios insumisos que, por el mero hecho de no querer realizar el servicio militar obligatorio, fueron detenidos y encarcelados. Son muchas las noticias que en los años 80 y 90 ocupaban algunas secciones de los periódicos regionales hablando sobre los actos de resistencia que protagonizaron algunos insumisos.
Por todo ello, y por mucho más, la Cárcel de Torrero (lo que resta de ella) puede ser considerado como un Lugar de Memoria. La historia de la prisión ha ido ligada en todo momento al de la sociedad de Zaragoza y, en parte, a la aragonesa. La prisión ha sido una institución que en determinados momentos ha tenido un rol protagonista, como ya hemos visto. La eliminación de este espacio casi en su totalidad, ha supuesto, desde mi punto de vista, la pérdida de un elemento importantísimo de memoria colectiva.
En vísperas de su demolición y después de esta siempre he defendido la necesidad de que estos espacios se conserven. Si éstos se eliminan, puede ocurrir algo parecido a lo que sucedió en Alemania en las décadas siguientes al final de la II Guerra Mundial. En un primer momento los alemanes optaron por eliminar todas las huellas materiales del nazismo. Posteriormente, comprobaron  que ese proceso dejaba a las generaciones futuras desprovistas de pruebas materiales que demostrasen la existencia del régimen nazi (González Rubial 2009, 111).



 

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